Qué es la legionella
La legionella es una infección causada por bacterias aerobias del género Legionella que afecta principalmente al sistema respiratorio y puede manifestarse con dos cuadros clínicos distintos: la enfermedad del legionario y la fiebre de Pontiac.
El nombre de la enfermedad se debe a que la bacteria fue identificada por primera vez en 1976 en un grupo de participantes en una reunión de la Legión Americana en un hotel de Filadelfia. En aquella ocasión 291 personas contrajeron la enfermedad y 34 de ellas murieron. La legionelosis puede manifestarse como una neumonía, con una tasa de mortalidad que varía entre el 10 y el 15%, o como una fiebre extrapulmonar. El género Legionella incluye 61 especies diferentes, pero Legionella pneumophila es la más frecuentemente implicada en los casos humanos y la responsable de la epidemia de Filadelfia.
Contagio de legionella
La legionella está normalmente presente en los medios acuáticos: aguas de manantial, ríos y lagos, desde los que la bacteria puede ser transportada a las tuberías urbanas de los sistemas de agua, edificios, embalses, fuentes y piscinas, todos ellos ambientes que pueden favorecer la proliferación del microorganismo, especialmente en presencia de condiciones de calor-humedad, creando un riesgo potencial para la salud humana y necesitando a expertos en control de plagas en Madrid para solucionarlo.
El contagio se produce normalmente por inhalación a través de las vías respiratorias, por lo que la mayor probabilidad de infección se da en presencia de aerosoles (gotas de agua con un diámetro inferior a 5 micras que pueden contener Legionella y ser inhaladas en profundidad hacia los pulmones), presentes en entornos como piscinas, bañeras de hidromasaje, fuentes, duchas, baños turcos, etc.
El riesgo de contraer la enfermedad, además de la concentración de la carga bacteriana (intensidad de la exposición), depende obviamente de la susceptibilidad individual de la persona expuesta (estado de salud). Por esta razón, se considera que los entornos hospitalarios están especialmente expuestos al riesgo.
Contagio de legionella a través del agua
Son muchos los factores que favorecen la colonización de la legionella en los sistemas de agua. Las características hidráulicas de los sistemas y la naturaleza de los materiales que los componen, la presencia de incrustaciones, el biofilm y la temperatura del agua pueden tener una gran influencia.
El biofilm, formado por una película de microorganismos y sustancias orgánicas que se adhieren a las paredes internas de las tuberías, es esencial para la colonización de la legionella, que encuentra alimento y refugio de la acción de los biocidas aplicados.
Prevención de la contaminación: sistemas de prevención de la legionella
Los métodos de prevención y control de legionella en el sistema de agua caliente pueden incluir medidas a corto y largo plazo.
Al operar los sistemas de fontanería, los operadores de las instalaciones comunitarias deben asegurarse de que se lleven a cabo una serie de operaciones periódicas.
Limpieza y desinfección de depósitos de agua
Cuanto más dura es el agua, más frecuente es la formación de cal con el consiguiente desgaste de los elementos hidráulicos; en estos casos el uso de ablandadores, la descalcificación y la sustitución periódica de los elementos desgastados permite reducir la proliferación microbiana.
Los depósitos de agua fría y caliente deben inspeccionarse, limpiarse y desinfectarse periódicamente, una vez al año o más. Estas medidas de mantenimiento deben considerarse como buenas prácticas para prevenir y contener la contaminación, pero no son suficientes para eliminar el problema de la legionella.
Sólo mediante intervenciones radicales en la red de distribución de agua es posible excluir, o reducir a valores seguros, el riesgo de infección. Existen diferentes métodos, que pueden aplicarse de forma individual o combinada, cada uno de los cuales tiene sus ventajas y limitaciones operativas.
Microfiltración del agua
Mediante una barrera mecánica (filtro de 0,2 micras) es posible eliminar la legionella del agua en el punto de uso; se trata de un sistema localizado, fácil de instalar y eficaz, que requiere la sustitución periódica de los filtros debido a la obstrucción progresiva.
Tratamiento térmico
En los sistemas en los que el agua se mantiene constantemente a temperaturas entre 50 y 55°C, se inhibe la proliferación de la legionella.
El tratamiento de desinfección puede realizarse mediante un choque térmico, elevando la temperatura del agua de 70 a 80°C durante tres días consecutivos, asegurando su salida de todos los puntos de suministro durante al menos 30 minutos al día.
Este procedimiento no requiere ningún equipo especial y garantiza una buena eficacia, pero puede ser difícil de aplicar en muchos sistemas (estanqueidad hidráulica), además es muy caro ya que requiere un alto consumo de energía y es necesario evitar el uso de agua caliente por parte de los usuarios durante el tratamiento para evitar el riesgo de quemaduras.
Sistemas UV
La luz ultravioleta es capaz de inactivar las bacterias para impedir su replicación, sin embargo, al no tener un efecto de cobertura, no es posible instalar un único sistema centralizado dedicado al tratamiento de la red de agua sino varios sistemas en los distintos puntos de uso, lo que limita considerablemente el potencial de aplicación de esta tecnología.
Cloración
El cloro es un agente oxidante y desinfectante que se utiliza normalmente en el tratamiento del agua potable. Una hipercloración continua con dosis entre 1 y 3 mg/L permite minimizar la colonización de legionella, sin embargo esta práctica es incompatible con las normas de calidad del agua potable, tanto en lo que se refiere al desinfectante residual como a la formación de subproductos, de manera que el agua queda inutilizada por los usuarios y los operadores. Es preferible aplicar un choque periódico de hipercloración, haciendo actuar concentraciones de cloro libre de 20 mg/L durante 2h o 50 mg/L durante 1h, aunque este tratamiento pueda tener una acción fuertemente corrosiva hacia las tuberías.
Como alternativa a la cloración clásica se pueden utilizar otras sustancias como el dióxido de cloro, el ozono, las monocloroaminas, el ácido peracético o el peróxido de hidrógeno y los iones de plata.
El control de la contaminación ambiental por legionella puede ser muy complejo y requiere la participación de especialistas en el control de la legionela.
Las soluciones que se adopten deben ser evaluadas caso por caso, tras un cuidadoso análisis de coste-beneficio, teniendo en cuenta que las intervenciones de mantenimiento, aunque importantes, no suelen ser suficientes para mantener el riesgo de infección bajo control, lo que requiere acciones radicales que incluyan el uso de los mejores sistemas de desinfección y un control regular que un servicio de desinfección homologado, les puede ofrecer.