La importancia de los masajes tántricos
Los masajes tántricos actualmente desarrollados son prácticas de terapia sexual que tratan el alma y el cuerpo.
Los masajes eróticos o tántricos son adecuado para el tratamiento de dolencias sexuales como la anorgasmia, la eyaculación precoz, los problemas de erección y el bajo deseo en general. Los traumas experimentados también pueden tratarse mediante la aplicación de suaves masajes tántricos, especialmente para recuperar la confianza en la propia capacidad de placer.
Por lo general, los masajes eróticos o tántricos pueden aumentar la intensidad del placer y ayudar a abrir la experiencia del amor aún más profundamente. Además, los masajes tántricos tienen muchos otros beneficios sobre la salud, especialmente sobre el metabolismo, la circulación sanguínea, el tono muscular y la respiración. Además, la autoconciencia y la autoestima general mejoran considerablemente.
El masaje tántrico se ha desarrollado como ciencia sexual que sólo conocían fracciones de los conocimientos actuales. Mientras tanto, los efectos sobre la salud de una pasión más profunda y prolongada han sido probados científicamente.
Lo que mucha gente no quiere saber sobre el masaje tántrico
La intensidad de los sentimientos se puede entrenar. Por desgracia, nuestra vida cotidiana, con sus exigencias cada vez más duras, no ofrece las condiciones necesarias para ello. También en nuestra vida privada tenemos que lidiar a menudo con personas que quieren intimar con nosotros, pero que no saben exactamente cómo crear intimidad, cercanía y los sentimientos de felicidad asociados.
Puede ocurrir que en una pareja ambos confirmen la inseguridad sexual del otro, aunque experimenten la intimidad y la confianza de la pareja fuera de la esfera sexual. Los masajes tántricos pueden ayudar a las personas y a las parejas a tener experiencias sensuales más allá de la tensión habitual entre las expectativas y los miedos.
Sólo cuando experimentamos sentimientos sensuales libres de vergüenza y miedo, puede desplegarse plenamente la liberación de las hormonas, que se desencadena inevitablemente al recibir un masaje. Estas hormonas tienen un efecto analgésico, relajan nuestros músculos, estimulan el sistema inmunitario, previenen la depresión, tensan la piel, mejoran la circulación y aumentan los sentimientos de amor y confianza.
Oxitocina: la hormona de la confianza y el amor
Esta hormona cumple una gran variedad de funciones en el organismo. La produce el cerebro en el hipotálamo (glándula pituitaria), el punto de conmutación hormonal más importante, y despliega su efecto de dos maneras:
- En primer lugar, influye en las células nerviosas del cerebro a través del contacto directo.
- En segundo lugar, llega al resto del cuerpo a través del torrente sanguíneo.
El cerebro libera oxitocina en grandes cantidades durante el contacto con la piel, la excitación y el orgasmo, entre otras cosas.
Una alta concentración de oxitocina tiene un efecto calmante y reduce la sensación de ansiedad, hace que las personas sean menos sensibles al dolor y activa el sistema inmunitario. Además, nuevas investigaciones sugieren que una alta concentración de oxitocina desencadena un comportamiento afectuoso.
Por otro lado, una deficiencia de este neurotransmisor provoca una incapacidad para formar vínculos sociales.
Dopamina: la hormona del placer
La dopamina desempeña un papel importante en la vida. En el llamado sistema límbico, el centro de recompensa del cerebro, controla el grado de nuestra satisfacción y bienestar. Se libera más durante el coito, creando un estado de felicidad y equilibrio.
La dopamina también aumenta la actividad general y evita los estados de ánimo depresivos. Los medicamentos modernos contra la depresión tienen un efecto directo o indirecto sobre el equilibrio de la dopamina en el cerebro y, por tanto, reducen los síntomas.
Endorfinas: las hormonas de la felicidad
Las endorfinas son «morfinas endógenas», es decir, morfinas producidas por el propio organismo que tienen un efecto analgésico.
Las endorfinas también se denominan hormonas de la felicidad porque se liberan durante eventos que experimentamos como positivos. Durante las relaciones sexuales, se liberan en todo el cuerpo, especialmente durante el orgasmo.
Sin embargo, su producción también es estimulada por las caricias, los pensamientos positivos o en interacción con otras sustancias mensajeras como la oxitocina. Las endorfinas «recompensan» con sentimientos de felicidad después de un gran esfuerzo físico o mental, por ejemplo, al hacer footing o después de aprobar un examen.
Adrenalina: despierta y agudiza los sentidos
La adrenalina se produce constantemente en las glándulas suprarrenales. Es la hormona que nos mantiene despiertos y asegura nuestra receptividad. Junto con la dopamina, determina esencialmente nuestro estado de ánimo. La adrenalina entra con más fuerza en el organismo durante las relaciones sexuales a medida que aumenta la pasión.
Estrógenos y progesterona: las hormonas femeninas
Los estrógenos pertenecen a las hormonas sexuales femeninas. Se producen (controlados por el cerebro) principalmente en los ovarios y en la placenta.
Los estrógenos y otra hormona femenina, la progesterona, controlan la formación de los órganos sexuales femeninos. También garantizan que las mucosas vaginales se humedezcan durante la excitación. Además, los estrógenos mejoran el sentido del tacto y del olfato. Refuerzan la capacidad de rendimiento y reacción del organismo y mejoran la memoria.
En dosis fisiológicas, el estrógeno disminuye significativamente la presión arterial y reduce la frecuencia del pulso, mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos, tiene un efecto positivo en el metabolismo de las grasas y un fuerte efecto antioxidante, interviene en la regulación de la reparación y regeneración de las membranas mucosas, la piel y los tejidos conectivos y de soporte, incluidos los cartílagos y los huesos.
Los estrógenos también garantizan una mejor circulación sanguínea. Protegen la piel, pero también todo el cuerpo, de los llamados «radicales libres» que dañan las células. De este modo, los estrógenos te mantienen fresca y joven. Los estrógenos también previenen la pérdida de hueso (osteoporosis).
Los estrógenos también se producen en los hombres, concretamente en los testículos, en la glándula suprarrenal y en las células grasas. Parte de la testosterona masculina también se convierte en estrógeno.
La progesterona también se produce en el cuerpo de los hombres. Los niveles de progesterona suelen permanecer más o menos igual en los hombres hasta los 60 o 70 años, o más si tienen una actividad sexual intensa a medida que envejecen.
Testosterona: la hormona masculina
La testosterona es la base bioquímica de la masculinidad, pero las mujeres también producen esta hormona en una concentración más o menos elevada. Su producción está controlada por la glándula pituitaria (hipotálamo).
La excitación sexual aumenta de forma apreciable la concentración de testosterona en la sangre. La testosterona favorece el aumento de la masa muscular.
La testosterona también tiene el efecto de reducir los niveles de colesterol. Un nivel de colesterol demasiado alto es una de las causas más importantes de los infartos. Por lo tanto, el aumento de la producción de testosterona durante las relaciones sexuales reduce el riesgo de infarto.
El aumento de la liberación de testosterona durante el coito también hace que los hombres sean más asertivos y mejora sus habilidades de percepción, así como su capacidad de aprendizaje y pensamiento.
Otras hormonas
Durante las relaciones sexuales, también se producen las hormonas serotonina y prolactina.
La serotonina determina la fase de relajación después del orgasmo, además provoca una sensación holística de felicidad.
La prolactina reduce la tensión física y mental. Ayuda a aliviar las molestias relacionadas con la tensión, como las cefaleas tensionales o el dolor de espalda, y a reducir el estrés.
