¿Por qué el césped artificial es una alternativa sostenible?
Te presentamos algunas razones por las que el césped artificial puede ser más respetuoso con el medio ambiente que el césped natural. Ahora más que nunca estamos orientados hacia un estilo de vida verde que ayude a preservar nuestro entorno antes de que lleguemos al punto de no retorno.
Cuando hablamos de nuestro jardín, la pregunta es, ¿Qué podríamos hacer para ser más ecológicos y respetuosos con nuestro entorno? La respuesta sería el césped artificial, que es más ecológico que el césped natural, más fácil de mantener, más cómodo, práctico y más limpio.
¿Cómo sustentar una auténtica comparación que no se limite a tocar esta pregunta? Para ellos es imprescindible determinar criterios pertinentes y realizar un estudio objetivo. Según un estudio realizado se pretende comparar el ciclo de vida del cesped artificial con el césped natural. Este estudio ha permitido elaborar un perfil ecológico comparativo que tiene en cuenta todo el ciclo de uso, desde la fabricación hasta la instalación.
Hemos seleccionado algunos indicadores, son los más significativos de las preocupaciones medioambientales actuales, como el mantenimiento de los ecosistemas y la lucha contra el calentamiento global. Posteriormente, los resultados se sometieron a una revisión crítica por parte de un experto.
Sobre el consumo de agua
En algunas zonas, el agua es un bien muy preciado. Durante el verano, el agua puede ser escasa, lo que significa que tu césped natural también sufrirá.
En este caso, es necesario tener en cuenta no sólo las cantidades de agua utilizado directamente (para el riego), sino también el consumo indirecto, vinculado a la fabricación de materiales y su tratamiento al final de su vida útil.
En total, el consumo de agua es 63 veces mayor en el césped natural que en el césped artificial.
Producción de residuos
La reducción de los residuos es una cuestión tanto económica como medioambiental para nuestra sociedad. Este indicador, expresado en kg/año, incluye naturalmente los residuos procedentes de la fabricación e instalación del suelo (embalajes de cartón y plástico, recortes y desechos de materiales, etc.), así como los residuos generados por el desmantelamiento de diversos elementos al final de la vida útil.
Sin embargo, no hay que olvidar añadir a la balanza los residuos generados por la siega y la descompactación del césped natural. Teniendo en cuenta todos estos elementos, el césped natural produce un 10% más de residuos que el césped artificial.
Influencia en el calentamiento global
El dióxido de carbono (CO2) y el óxido nitroso (N2O) generados directa o indirectamente por la producción, el uso de fertilizantes y otros tratamientos utilizados durante la instalación y el mantenimiento de un césped natural son la razón de su escasa puntuación.
A lo largo de su vida útil, por ejemplo, el césped natural de un campo de fútbol emite a la atmósfera 8 veces más gases de efecto invernadero que la superficie de un campo de césped artificial.
Eutrofización del agua
¿Qué significa esto? Se trata de un fenómeno inducido por la presencia de nitratos o fosfatos acumulados en el suelo. Transportados al medio acuático por el flujo de agua de la lluvia, promueven el crecimiento anárquico de las algas y pueden provocar la muerte de los ecosistemas por asfixia.
En términos de eutrofización, los impactos debidos a la vida de un césped natural son 70 veces mayores que los generados por un césped artificial.
Ecotoxicidad de los sedimentos
¿Qué es la «ecotoxicidad»? En esta ocasión, tenemos en cuenta todos los elementos emitidos en el medio ambiente que van a intoxicar el suelo y el agua.
También en este caso, el césped artificial es mejor en términos ecológicos que el césped natural: la toxicidad de los sedimentos inducida por el mantenimiento de un césped natural es 23 veces mayor que la del césped artificial.
El césped artificial no contamina
También hay que tener en cuenta que los fertilizantes y plaguicidas utilizados para mantener el césped natural pueden tener graves repercusiones en las fuentes de agua.
Productos como los fertilizantes y los herbicidas contienen potentes sustancias químicas que pueden extenderse a las fuentes de agua durante las lluvias intensas o cuando se riega el césped. Estos productos químicos también son absorbidos por el suelo y pueden contaminar las aguas subterráneas y el océano. Esto dificulta los procesos de desalinización y filtración antes de que el agua llegue al grifo.
El césped artificial no necesita utilizar peligrosos productos químicos para mantenerse fresco. El césped artificial no atrae plagas, malas hierbas ni insectos, ya que es completamente sintético.
Menos contaminación, menos mantenimiento
No es necesario utilizar estas herramientas para mantener el césped artificial. Incluso sin ellas, tendrá un aspecto tan fresco e inmaculado como el primer día que se instaló.
Conclusión
En general, en este partido, el césped artificial sigue siendo el ganador indiscutiblemente.
Estos criterios objetivos, que han sido objeto de mediciones reales, nos permiten afirmar que el césped artificial instalado en lugar de un césped natural no pone en mayor riesgo ecológico a nuestro planeta.